Señorío de Beade

Conoce el Ribeiro

Tradición milenaria

El cultivo del viñedo ha sido siempre la principal fuente de riqueza y la razón de ser de la comarca. No se conoce con certeza cuál ha sido el origen de las variedades autóctonas del Ribeiro, pero sí se sabe por testimonio de Estrabón, que en la segunda mitad del siglo II antes de Cristo ya se elaboraba vino del Ribeiro.En el paso de los romanos por estas tierras, las mesas de los emperadores estuvieron bañadas por los vinos del Ribeiro. Si bien, merecen mención especial los monjes del Císter. Estos religiosos se asentaron en San Clodio, en el municipio de Leiro, y construyeron un monasterio. Conscientes del enorme potencial del Ribeiro, dedicaron su esmero al estudio de las variedades autóctonas, hoy en día seña de identidad de nuestros vinos. Es de destacar que el abad del monasterio de San Clodio, Pelagio González, a mitad del siglo XII, indicara en su testamento cuál había sido la ingente labor de reimplantación del viñedo y presumiera de la gran calidad de los vinos del Ribeiro, que al amparo del Camino del Santiago, habían llegado a Europa de la mano de comerciantes judíos, que también a su vez dejaron en Ribadavia su gran legado histórico y monumental. Además del efecto impusor del monasterio de San Clodio, hay que citar a los monjes del monasterio de Oseira, también llamado el Escorial Gallego que, aunque fuera de los límites geográficos de la Denominación de Origen Ribeiro, asentaron sus granjas y prioratos en las zonas del Ribeiro bañadas por el río Miño, dedicándolos al cultivo de la vid. De los siglos XII y XIII datan los documentos en los que los monjes de Oseira firmaron contratos con distintos propietarios de terrenos en el Ribeiro para la plantación de viñedo

Esplendor histórico

Esta zona poco afectada por la invasión musulmana tuvo una verdadera continuidad y progresión en el cultivo del viñedo desde la época romana, para llegar a su máximo esplendor en los siglos XV y XVI cuando el vino se convirtió en una de las mayores riquezas del Ribeiro, cultivándose y elaborándose con gran intensidad, disfrutaba de gran prestigio, exportándose por toda España y Europa a Francia, Portugal, Italia y especialmente a Gran Bretaña. Se transportaba en balsas y en carruajes para el embarque en los puertos, siendo la navegabilidad del río Miño fundamental para la economía del Ribeiro. En 1592 ya tenemos constancia documental del embarque en Ferrol con destino a América de 127 pipas de vino Ribeiro a 190 reales.

El resurgir

Las bondades de nuestros vinos trascendieron a todos los aspectos de la vida cotidiana, siendo fiel reflejo de esto las numerosas menciones en la literatura de la época, como aquella del personaje de Cervantes, licenciado Vidriera, que encontró vino del Ribeiro en una taberna genovesa, «más vinos nombró el huésped, y más les dio, que pudo tener en sus bodegas el mismo baco». En 1850 el Ribeiro se vio afectado por la plaga de oídium que en poco tiempo diezmó las plantaciones. A ella se unieron en 1892 el mildiu y la filoxera, consiguiendo empobrecer un panorama glorioso. Las variedades autóctonas comenzaron entonces a ceder terreno a otras de menos categoría pero más sufridas, inapropiadas pero resistentes; el viñedo perdió cierto protagonismo y la emigración se convirtió en una alternativa. Actualmente el Ribeiro vuelve a sus orígenes y resurge con fuerza apostando por las variedades autóctonas que le dieron nombre, a través de la recuperación de antiguas y la creación de nuevas plantaciones mediante programas de reconversión y reestructuración de viñedo. A esto se suma la implantación de nuevas bodegas y la incorporación de los avances tecnológicos en las ya existentes, siempre en busca de una mayor calidad y de la máxima expresión de las variedades autóctonas.

La denominación

La Denominación de Origen Ribeiro está situada en la Galicia meridional, en el borde noroccidental de la provincia de Ourense, en las confluencias de los valles formados por los ríos Miño, Avia y Arnoia. Cuenta con una extensión de 2.800 hectáreas de viñedo ubicadas en los municipios de Arnoia, Beade, Boborás, Carballeda de Avia, Carballiño, Castrelo de Miño, Cenlle, Cortegada, Leiro, Ourense, Puxín, Ribadavia, San Amaro y Toén. El viñedo se extiende desde los 75 hasta los 400 metros de altitud en valles y laderas a veces de acusada pendiente que es salvada por terrazas denominados socalcos o bocaribeiras, siguiendo las curvas de nivel.